¡Cupones, cupones, cupones! El compartimiento de la puerta del conductor del auto de esta Guaynabita tiene miles de cupones. Los saco de las revistas, del centro de servicio al cliente de los centros comerciales, de mis tiendas predilectas, los imprimo de diferentes páginas de internet. En fin, ya casi nunca compro sin cupones. Mi hija me dice que soy muy “americana” pero durante mis años universitarios en Estados Unidos (y antes del fenómeno de cuponeo extremo) me acostumbré a cortar los cupones del periódico del domingo y formé un hábito. Los domingos en casa comienzan con un café y el periódico donde verifico los especiales y shoppers. Hago pareo de ofertas y cupones. Así ahorro. Esto me permite no tener que salir a comprar algo a último minuto y pagar sobre precio

Pero, ¡no se engañe! El hecho de que cuponee no significa que no sepa manejar mi presupuesto, o que lo que gane no me rinda. ¡Todo lo contrario! Para cuponear es necesario desarrollar y aplicar otras estrategias de Inteligencia Financiera. Y créame que como mamá de tres chicos, entre ellos una adolescente que estudia en los Estados Unidos su bachillerato, mantener las finanzas del hogar en balance mientras complazco los gustos y antojos de todo el mundo es una tarea complicada que requiere mucha maña y práctica. Pensando en eso te comparto brevemente algunas estrategias que llevo utilizando hace muchos años y las cuales han resultado exitosas, porque esta Guaynabita no solo vive de cupones.

12 Estrategias de Ahorro

  1. Establecer un presupuesto de lo que puedo y tengo para gastar: Como me gusta ir de tiendas generalmente ya tengo una idea establecida de cuál es el precio más bajo que puedo obtener. Las galletas Oreo, por ejemplo, que son nuestras favoritas, trato de no pagarlas a más de $2.50 el paquete, ya que ese es el precio en el que salen en especial. Cuando compré mi Ipad, lo adquirí en Sam’s ya que la diferencia en precio de la tienda de Apple y el almacén sobrepasaba los $65. De mi ropa para trabajar tengo el “$40 dollar rule” para camisas, pantalones y faldas. Si cuesta más de $40 no lo compro, o espero el especial. De igual forma tengo un “número mágico” para trajes y zapatos.
  2. Analizar y buscar las recomendaciones del producto antes de comprar: Hace tres años me ví en la necesidad de comprar un televisor nuevo para el “family room”. Mi presupuesto para dicha compra era $500 (hoy día han bajado de precio). La unidad que deseaba era de 42 a 48 pulgadas, 4 HDMI, LCDTV. Primero visité varias tiendas y almacenes. Luego me orienté con Iván, un compañero de trabajo muy conocedor en tecnología sobre el potencial uso que le daríamos a este nuevo televisor (jugar Wii, ver televisión). En Costco conseguí un modelo JVC por $499 y cuando busqué las recomendaciones en costco.com y otros lugares de internet, encontré que era una compra buena y había sido reseñado por Consumer Report como una compra sabia.
  3. Aprovechar las ventas especiales: Ya sea del Día del Trabajo, 4 de Julio o Día de la Recordación, la gran mayoría de las tiendas que son parte de una cadena tienen ventas especiales en feriados. Hace unos años durante la venta del Día de la Recordación conseguí con mi hija mayor unas hermosas camisas de manga larga en colores básicos (negro y gris) en los Outlets de Barceloneta a $3.99 cada una. Fueron perfectas para su viaje a Italia y Grecia, ya que las pudo lavar a la mano sin ningún problema durante su viaje y todavía están en uso cuatro años después. Como mi hija estudia en un lugar muy frío trato de comprar su ropa de invierno cuando las tiendas en Puerto Rico están liquidando este tipo de ropa en el verano. Este año conseguimos en junio y julio abrigos y ropa de invierno por menos de $5 cada pieza en los outlets de Canóvanas. Hubo abrigos que me costaron $2.47… ¡Increíble!!!
  4. Cupones y más cupones: Además de los miles de cupones que guardo en mi carro y de mi ritual de parear ofertas cada domingo que ya te conté al inicio, siempre que compro por internet verifico qué códigos de descuento hay disponibles para lo que deseo. La meta es nunca pagar el precio completo. Páginas como ebates.com, retailmenot.com, couponcabin.com, fatwallet.com y dealcatcher.com son de gran ayuda al momento de buscar los códigos para descuentos adicionales.
  5. Reusar: A mis chicos los he criado con ropa nueva y otra de “hand me down” (ropa de segunda mano) desde bebés, al igual que he pasado ropa a otras amigas. Aparte de tener conciencia ambiental, nunca he rechazado la ropa usada, pues los chicos crecen rápidamente. Tengo un círculo de amigas con el cual intercambio ropa y hasta uniformes.
  6. Comprar del “shopper”: Cuando se trata de hacer compra, prefiero los almacenes como Sam’s y Costco para pan, jamón, queso, meriendas, frutas y todo aquello que se consuma con mucha frecuencia, pero siempre hago la compra de relleno en el supermercado. Esa compra es la que llamo la “compra del shopper” pues trato de comprar de todo lo que hay en especial que podamos consumir. Los menús de la comida son basados en esos ingredientes.
  7. No comprar ropa que requiera “dry clean”: Si no puedo lavarlo a la mano, generalmente no lo compro. Envío muy poca ropa a la lavandería y lo hago en una que tiene especiales para cada día de la semana. El trato que le demos a la ropa determinará cuánto tiempo nos dure. Quizás te guste este otro escrito: 15 consejos que alargarán la vida de tu ropa
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  8. Llevar almuerzo y meriendas a la oficina: El almuerzo promedio ronda los $8.00 y para aquellos que trabajamos fuera del hogar esto representa unos $40.00 semanales o casi $200 mensuales. Trato de almorzar en casa, llevar almuerzo- siempre que mi agenda me lo permita- y prepararme el café en la oficina (en vez de usar la máquina de café), lo que me ayuda a mantenerme en mi peso ideal, evitar grasa y sal en exceso y mantiene más dinero en mi bolsillo.
  9. Utilizar los comercios en línea con ofertas: La Oferta del Día, Ofertones y Gustazos son algunos de los comercios electrónicos de ofertas donde he comprado desde certificados para faciales hasta para estadías en hoteles. El secreto es tener una cuenta con un dinero aparte reservado especialmente para esos gustitos. Osea, hacer un presupuesto.
  10. Hazlo tu mismo: Recuerdo cuando hace dos años se rompió una tubería en la cocina de la casa. El estimado de reparación era muy costoso en ese momento para mí. Así que luego de cerrar el suministro de agua, desmonté la tubería y me fui a la ferretería a comprar todos los artículos que necesitaría. Mi padre me ayudó a cortar los tubos de pvc y tras un día de trabajo me ahorré casi $200 en mano de obra.
  11. Adquirir garantías: A veces de entrada puede parecer algo innecesario, pero para artículos costos y/o cuyo remplazo sea imperativo -como nevera y estufa- para el diario vivir, prefiero comprar las garantías extendidas. Como dicen, es mejor precaver que tener que remediar y a largo plazo pueden resultar en un ahorro.
  12. LEER casi gratis: Desde niña desarrollé el hábito de la lectura. Si te gusta leer como yo, sabes que puede ser un gusto costoso. Me encanta ir a La Tertulia al Viejo San Juan los domingos y perderme en sus mesas de libros. Tampoco puedo dejar de pasar por la mesa de libros de Costco y no ojearlos. Para mantener mi hábito de lectura bajo control presupuestario voy a la tienda del Salvation Army cada dos o tres meses. Allí consigo libros casi nuevos o recientes por $2 y $3. También intercambio libros con amigas y compañeras de trabajo. Otra estrategia es ir al estante de intercambios de la biblioteca que frecuento. También verifico los libros gratuitos por Kindle de Amazon. Si lo que te gustan son las revistas hay lugares online donde contestas encuestas y generas puntos gratis que puedes redimir por revistas. Si no quieres llenar encuestas, puedes comprar suscripciones a precios tan bajos como $4.69 al año en BestDealMagazines.com y DiscountMags.com

Estas son solo algunas recomendaciones de cómo estirar nuestros dólares para que nos rindan un poquito más. ¡Cuéntame! ¿Qué haces tu además de cuponear para estirar tu dinero al máximo?

Experta en estrategias de Ahorro. Coach en Finanzas Personales certificada por FinCert, el Instituto de Finanzas Personales de PR  y Ramsey Solutions.

Desde el 2012 he ayudado a miles de personas a alcanzar sus metas financieras.

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